Esquipulas, Guatemala. La ciudad conocida como la capital centroamericana de la fe se encuentra en el punto más alto de sus festividades religiosas, con miles de peregrinos llegando desde diferentes países para rendir homenaje al Cristo Negro, una de las figuras más veneradas en la región.
Desde tempranas horas, las calles de Esquipulas se han visto inundadas por fieles que participan en procesiones, rezos y misas, creando un ambiente de profunda devoción. La Basílica de Esquipulas, hogar del Cristo Negro, se ha convertido en el centro de las actividades, recibiendo a familias, grupos religiosos y peregrinos que realizan largas caminatas para cumplir con promesas y renovar su fe.
En entrevista, varios peregrinos expresaron su emoción y agradecimiento. "Es una experiencia única, venimos a agradecer los milagros recibidos y a pedir por nuestras familias", comentó María López, quien viajó desde Honduras con su comunidad religiosa.
El comercio local también se beneficia durante esta época, con mercados repletos de artesanías, comidas típicas y recuerdos religiosos que reflejan el fervor de esta celebración. Los vendedores destacan el flujo constante de visitantes, que dinamiza la economía y resalta la importancia cultural y espiritual del evento.
Las autoridades locales han implementado medidas especiales de seguridad y logística para garantizar que las actividades se desarrollen en orden. Según representantes de la municipalidad, se espera la llegada de más de 100,000 visitantes durante los días de mayor celebración.
El Cristo Negro de Esquipulas no solo une a miles de devotos, sino que también refuerza el papel de la ciudad como un símbolo de fe, esperanza y comunidad en toda Centroamérica.